La lluvia refresca el campo, pero también puede ponerlo en riesgo: barro, humedad excesiva, forrajes fermentados, parásitos y enfermedades amenazan la salud y productividad del ganado.
El temporal cambia las reglas del manejo pecuario. Por un lado, los pastizales crecen y ofrecen más alimento para el ganado. Sin embargo, también aparecen retos importantes en nutrición, sanidad y manejo del terreno.
Si no se atienden a tiempo, estos problemas pueden traducirse en pérdidas productivas y económicas.
Problemas más comunes en temporada de lluvias
Durante esta época, los animales enfrentan condiciones que favorecen distintas complicaciones:
- Patas blandas: la humedad constante reblandece cascos y pezuñas, lo que facilita lesiones e infecciones.
- Diarreas y menor consumo: los forrajes húmedos y en mal estado afectan la digestibilidad y reducen la ingesta.
- Proliferación de parásitos: el ambiente húmedo y cálido favorece la multiplicación de parásitos internos y externos.
- Enfermedades digestivas y respiratorias: las lluvias incrementan los casos de neumonía, cólicos y problemas intestinales.
- Desbalances minerales: el exceso de agua en el pasto diluye la concentración de minerales esenciales, lo que afecta el desempeño productivo.
En conclusión, la lluvia es necesaria para el campo, pero también puede convertirse en un factor de riesgo para la salud animal.
Estrategias para enfrentar el temporal
🔧 Existen medidas prácticas que ayudan a reducir los impactos negativos de la temporada de lluvias:
- Suplementa con minerales y electrolitos: esto ayuda a mantener el equilibrio y fortalece la salud del ganado.
- Refuerza el control sanitario y antiparasitario: un plan preventivo evita que los animales se enfermen o pierdan condición corporal.
- Cuida la conservación de los forrajes: almacenarlos en lugares secos y ventilados mejora su durabilidad y calidad.
- Mejora el drenaje y el manejo del terreno: reducir el exceso de humedad previene enfermedades en patas y minimiza la formación de charcos contaminados.
De esta forma, la temporada de lluvias puede aprovecharse sin comprometer el bienestar de la parvada o el hato.
La lluvia no se puede controlar, tu respuesta sí
El temporal es inevitable, pero tus decisiones marcan la diferencia entre un año productivo y uno lleno de pérdidas. Por eso, la prevención y la nutrición estratégica son las mejores herramientas para enfrentar esta etapa.